miércoles, 4 de junio de 2014

NARRATIVA

CARACTERÍSTICAS DE GÉNERO DE LA NARRATIVA

El origen  histórico  del  nero narrativo ela Épica: relatos  en  verso  de  hechos  ya acciones,   generalmente  de  carácter  heroico   (epopeyas,  cantares  de  gesta,   poemas épicos).  A lo largo  de  la Edad  media se va  independizando como  nero en  prosa: ejemplos, fábulas, cuentos...A partir de finales  del siglo XVI se desarrolla la novela  que se convertirá en el género narrativo fundamental en los siglos XIX y XX.

Géneros  narrativos en verso:
Epopeya:  narración de hazañas de héroes  míticos,  acompañadas de elementos religiosos, sociales  morales. Generalmente, las  epopeyas son  explicaciones míticas  del nacimiento de una  nación.  Sus primeros exponentes se remontan a los ogenes mismos de las literaturas.
Cantar de gesta: composición épica  medieval. Los cantares de gesta  son  obras casi   siempre  anónimas,  transmitidas  oralmente  por   los   juglares.  Narran también hazañas de héroes,  habitualmente en torno  al tema  del honor personal.
Poem épico manifestación  épica   propia  del   Renacimiento.  Se  trat de composiciones escritas  por  autores cultos  a imitación de los modelos clásicos  y de temática histórica o fabulosa.

Géneros  narrativos en prosa:
o Géneros  breves: cuento, leyenda, etc. Narraciones breves,  cultas  o folklóricas.
o La novela:  narración extensa y compleja. Es el nero narrativo por  excelencia, desde especialmente El Quijote. La novela  presenta una  gran  variedad de  tipos,  tanto  en  su temática como en sus aspectos técnicos  y estructurales: novela, temática histórica. La segunda mitad del siglo XIX es la época  de mayor auge  de la novela,  con el desarrollo en toda  la literatura  occidental de  la  novela   realista en  todas   sus  variedades. En el  siglo  XX se  produce una  absoluta renovación técnica  de  la novela  que,  unida a la gran  dispersión temática y estilística, la convierte en un género de difícil definición.


Todo texto narrativo implica,  ineludiblemente, la existencia de un narrador. La manera en  que  este  narrador se manifiesta en  la historia y la perspectiva con  la que  ve  los hechos  que  narra es  lque  constituye el  punto  de  vista.  Si combinamos estos  dos aspectos, obtenemos  los  cuatro tipos   básicos   de  punto de  vista  narrativo (aunque existen  otras  posibilidades, generalmente de  carácter experimental, como  el narrador en segunda persona): 1ª persona central (conoce los hechos y está dentro de la historia), 1ª persona testigo (conoce parte de los hechos y está dentro de la obra), 3ª persona omnisciente (fuera de la historia conoce todo) y 3ª persona objetiva (fuera de la historia conoce parte).

El narrador puede elegir  diferentes procedimientos  discursivos, es  decir,  modos de contar,  para  narrar la historia: son las técnicas narrativas. Los textos narrativos   presentan sus propias unidades o procedimientos  de estructuración: un texto puede estar dividido en partes y/o catulos. Igualmente pueden señalarse partes distintas con  tipografías diferentes. O nhaber división de ningún tipo.
 El tiempo  es uno  de los aspectos más  complejos dentro de la narración, porque afecta en cierta  medida a todos  los demás elementos. El estudio del  tiempo debe  hacerse en varios  niveles: el tiempo  histórico  es la época  en la que  se sitúan los acontecimientos narrados. El tiempo  interno  es la relación entre  el tiempo de la historia (es decir, el tiempo en que  suceden los hechos  que se narran) y el tiempo del discurso (es decir, la organización en el relato  de estos hechos).

El marco escénico es el ambiente en que  se desarrolla la historia. Está constituido por tres  elementos: el tiempo histórico, el escenario (elementos objetivos)  y la atmósfera (elemento subjetivo).

El último elemento lo constituyen los personajes. Pueden clasificarse según diferentes criterios: su importancia; su evolución; su individualidad. A los  personajes  los conocemos por lo que el narrador dice de ellos, por lo que ellos mismos hacen,  dicen  y piensan o por lo que otros personajes dicen sobre ellos.

LA NARRATIVA  ESPAÑOLA HASTA 1939

Contra la Restauración, se alza un  amplio grupo de  jóvenes  escritores que  constituyen lo que se conoce  como  Modernismo.  Dentro  de  este  grupo se  identifica  otro  más  reducido, identificable por  su  actitud ctica  y renovadora no lo  de  la literatura anterior sino también  de  los  valores  políticos  y  morales:  se  trata   de  la   Generación  del  98. Constituye  u grupo  generacional, por   edad,  actos   comunes, relaciones personales, actitudes homogéneas -aunque con  el tiempo se irán diversificando-. Sus caractesticas más importantes son:

·         preocupación social, reflejada en su interés por el llamado “problema de España”: en su  visión  de  este  tema  atraviesan por  dos  etapas diferentes, una primera de  mayor intención ctica  e influjo  regeneracionista, y otra  posterior más elegíaca  y centrada en Castilla  como símbolo  de España.
·         inquietudes  religiosas y  existenciales, a  tono  con  la  crisis  de  fin  de  siglo.
·         renovació de   l novela,    superando   e model realist  naturalista:
·         antirretoricismo, método impresionista, lenguaje sobrio y asequible...
Todos los miembros del grupo, salvo Antonio Machado, escriben novelas:
Unamuno (Niebla, San Manuel Bueno, mártir) trata  temas  como  la tradición, la intrahistoria, la conciencia trágica  de la existencia y el conflicto  entre  fe y razón. Sus  novelas  llamadas  por   el  nivolas-  se  caracterizapor   la  sobriedad narrativa, la importancia del diálogo y la ausencia de trama o hilo argumental.
Baroja (El árbol de la ciencia, Camino de perfección) es el novelista por  excelencia del  grupo. Mezcla entre el pesimismo  existencia más radical  y  el  vitalismo individualista  de  algunos  de  sus  personajes. Desarrolla un esquema de aprendizaje vital de los protagonistas. Su producción es muy  extensa, repartida en trilogías.

Azorín  (La voluntad)  tiene  un  estilo  minucioso, lento,  casi  impresionista. Sus novelas presentan un desarrollo fragmentado, con gran  abundancia de descripciones y un cierto tono lírico; la trama argumental es mínima.
Valle-Inclán presenta también en el género narrativo la misma evolución de su obr dramáticas:  un etapa  de   modernismo  inicial   (Sonatas),  un fase  de transición (el ciclo de la guerra carlista)  y la definitiva etapa esperpéntica, con el ciclo de novelas de El ruedo irico”,  entre  las que destaca Tirano Banderas.


Hacia 1914 se percibe  el agotamiento de la Generación del 98, y un nuevo grupo toma  el relevo: la Generación del 14 o  Novecentismo. Supone el primer paso para  la introducción de  las vanguardias en España, y se caracteriza ante  todo  por  su intelectualismo: desterrar lo sentimental de  la literatura. Los  miembros del grupo tienen  una  importante actividad política,  basada en ideales europeístas y progresistas. En  el  grupo novecentista destacan en  especial   los  ensayistas: Manuel    Azaña,   Orteg  Gasset... Hay    también importantes novelistas:

Gabriel  Mi (El libro de Sigüenza, El obispo leproso), en cuyas  novelas prevalece la forma  sobre el contenido.
Ramón  rez de Ayala  (A.M.D.G.,  Belarmino y Apolonio), caracterizado por  su intelectualismo y su estilo academicista.

En la década de los 20, en superposición con el Novecentismo, se produce la entrada y desarrollo de las  vanguardias en España. Aunque su campo de expresión será preferentemente  la  poesía,   existen   ejemplos  de  narrativa  vanguardista: Benjamín Jarnés, Ramón Gómez  la Serna...

Finalmente,  e los   años   30   se   produce,  en   todos    los   neros  literarios,  una rehumanización  de  la  literatura como  respuesta a  las  circunstancias  históricas. Se escribe  entonces una  novela  comprometida, de  carácter social  e incluso  abiertamente político,  cuyos  representantes más  destacados son César Arconada, Joaquín Arderíus y Ramón J.Sender.

LA NARRATIVA  ESPAÑOLA DESDE 1940 HASTA LOS AÑOS 70

La  guerra civil irrumpe en  un  momento eque  la novela  se decanta hacia  posturas sociales  y comprometidas, abandonando las experiencias vanguardistas anteriores. La propia  guerra  acentúa ese  carácter  ideológico, de  manerqu la  mayoa  de  los novelistas  escriben en  defensa de  sus  ideales. Tras la guerra, muchos de los escritores partidarios de  la  Reblica o,  en  cualquier caso,  enemigos del  nuevo  régimen, se  exilia:  esto supondrá en ellos desarraigo, nostalgia y el recuerdo de España como tema  central  de su obra.

En España, los  novelistas de los 40 se enfrentan a un panorama desolador: la tradición inmediata se  ha  visto   interrumpida,  no  hay  acceso  a  las  tendencias europeas,  ni modelos propios  -salvo   Baroja-  a  los  que  acudir.  En  este  ambiente,  se  desarrolla especialmente una  novela  triunfalista, de exaltación del régimen o, en el mejor  de los casos, justificativa. Sin embargo, la publicación en 1941 de La familia de Pascual Duarte, de Cela, abre un nuevo camino  a la novela  española: narrativa existencial, en  la  que  los  problemas sociales  políticos, que  no  pueden abordarse directamente a  causa   de  la  censura, aparecen  como  trasfondo  de  la  problemática personal de  los  personajes. Se dan  también otras  tendencias, como  la  novel fantástica y  humostica o el realismo clásico.
En  los  años  50, al  hilo  de  los  modestos  cambios sociopolíticos, una  nueva generación de novelistas se suma  a los anteriores para  escribir una  novela  más  abiertamente  social.  Los conflictos  sociales  son  el tema  central  de  la mayoa de estas novelas, que optan en general por un estilo coloquial, cercano  al habla cotidiana y accesible  para  el lector.  Este  cambio,  iniciado de  nuevo por  Celcon  La colmena (1952), atraviesa por dos etapas:

·         una  primera en la que  siguen predominando los enfoques personales, cercanos a la novel existencial anterior: Ana  María Matute, Rafael nchez  Ferlosio...
·         una  segunda de carácter más  social  y hasta  político: Grosso, García Hortelano...

La novela  más  significativa de  esta  etapa es El Jarama, de  Rafael  Sánchez  Ferlosio.  Se desarrolla en dieciis  horas  de  un  domingo de  verano y su  escritura responde a las técnicas  objetivistas, con presencia casi absoluta del diálogo.

En los  años 60 el realismo social  está  agotado, y los novelistas se abren,  por  fin, a los hallazgos de la narrativa europea (Joyce, Proust): la  novela  se hace más  experimental, más  abierta, y el lenguaje abandona el prosaísmo de la fórmula anterior para  hacerse más deliberadamente literario. Esta nueva narrativa implica  transformaciones en todos sus  elementos: acción,  personajes, punto de vista,  estructura, técnicas La obra  clave es Tiempo de silencio, de Luis Martín Santos más el gran  impacto que supuso La ciudad y los perros, de Vargas Llosa.

LA NARRATIVA  ESPAÑOLA DESDE LOS AÑOS 70
HASTA LA ACTUALIDAD

A partir de los  años  70 la novela  se convierte en  un  nero  abierto  a todo  tipo  de temas,   enfoques  y  estilos:  realismo, fantasía, metaliteratura,  tema sociopolíticos y personales... Los maestros consagrados de generaciones anteriores contian en plena producción, y a ellos se unen  otros  nuevos: Umbral, Eduardo Mendoza, Vaz de Soto, Sánchez  Espeso,...  La novela,  al contrario de  la uniformidad de  etapas anteriores, se desarrolla en múltiples tendencias:

Novela de  intriga:  iniciada por  La verdad sobre el caso Savolta,  de  Eduardo Mendoza. Otros  autores adscritos a esta línea son  Arturo Pérez Reverte  (La tabla de Flandes, El club Dumas).
o Novela histórica: Los girasoles ciegos, de Alberto Méndez.
Novela metaliteraria:  en ella el propio hecho  narrativo ocupa un  lugar  central en  la trama. Enrique  Vila- Matas (Doctor Pasavento).
Novela de  autoficción: la  propia vida   del  escritor   se  convierte en  materia novelable. Todas las almas, de Javier Marías.
Novela realista:  representada por  autores como  Julio  Llamazares  (La lluvia amarilla, Luna de lobos).
Novela intimista: como La sonrisa etrusca, de José Luis Sampedro.
Novela negra: cultivada en la actualidad. Destacan Lorenzo   Silva   (El  alquimista  impaciente)  y  Andrés Trapiello  (Los amigos del crimen perfecto).
Novela corta y cuento:  se  trata  de  neros igualmente en  auge,  con  autores como Manuel  Rivas.

Novela “after pop:  escrita  por  autores nacidos en  los setenta que  recogen el influjo  de  las  nuevas  tecnologías. Se la conoce también como  generación Nocilla”, por los títulos de  su  principal representante: Agustín Fernández Mallo (Nocilla experience, Nocilla dream).

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